martes, 8 de enero de 2008

El niño que no quiere ir al colegio

Con calma y mucha tranquilidad. Por lo general, el asistir a la escuela es un evento agradable para los niños pequeños. Infelizmente parar otros eso representa miedo o pánico. Los padres tienen motivos suficientes de preocupación cuando el niño se enferma debido a la tensión. Hay niños que "fingen estar enfermos" o exageran los síntomas físicos para quedaren en casa y no ir a la escuela. A menudo, el niño de entre cinco y diez años de edad que se comporta de esta manera está padeciendo un temor paralizante por tener que dejar la seguridad de la familia y de la casa. Es muy difícil para los padres hacerle frente a este pánico infantil, pero estos temores pueden tratarse exitosamente con o sin la ayuda profesional. Todo dependerá del grado de temor que tenga el niño. Si los padres notan que puede ser algo pasajero, es cuestión de insistir en llevarlo que todo pasará.

Este miedo irracional suele aparecer por vez primera en niños que asisten a escuelas para niños de edad preescolar, siendo más frecuente en los niños que cursan el segundo grado. El niño por lo general se queja de dolores de cabeza, de garganta o de estómago justo antes de la hora de irse a la escuela. La "enfermedad" se mejora cuando se le permite quedarse en la casa, pero reaparece a la mañana siguiente antes de ir a la escuela. En algunos casos, el niño se niega por completo a salir de la casa. El negarse a ir a la escuela aparece generalmente después de un período en el que el niño ha estado en la casa en compañía de su mamá, por ejemplo, después de las vacaciones de verano, de los días de fiesta, o después de una breve enfermedad.


Niños inseguros
Los niños que tienen un miedo irracional de la escuela pueden sentirse inseguros si se quedan solos en una habitación, y pueden demostrar un comportamiento de apego hacia sus padres, e inclusive se convierten en la sombra de sus padres en la casa. Estos miedos son comunes en niños con el llamado "desorden de Ansiedad". Los niños tienen dificultad para dormir, un miedo exagerado y un temor irreal hacia los animales, monstruos, ladrones o a la oscuridad.
Los efectos potenciales a largo plazo pueden ser muy serios para un niño con miedos persistentes si no recibe atención profesional. El niño puede desarrollar serios problemas escolares y sociales si deja de ir a la escuela y de ver a sus amigos por mucho tiempo. Antes de que eso pueda ocurrir, los padres pueden ayudar a su hijo llevándolo a un psiquiatra de niños y adolescentes, quien trabajará con él en su esfuerzo de hacer regresar al niño de inmediato a la escuela y a otras actividades diarias. Como el pánico surge al dejar la casa, y no por estar en la escuela, el niño por lo general está tranquilo una vez que está en la escuela.


Ayuda profesional
Para algunos niños se requiere un tratamiento extensivo para determinar las causas del miedo. Los niños mayores o los adolescentes que se niegan a ir a la escuela padecen por lo general de una enfermedad más grave y a menudo requieren un tratamiento aún más intensivo.
En cualquier caso, el miedo irracional de dejar la casa y a los padres se puede tratar con éxito, y los padres no deben ignorar ni descartar la ayuda profesional. El médico del niño puede indicar los padres a un psiquiatra de niños y adolescentes.

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