martes, 8 de enero de 2008

El Temperamento de los niños

Mientras determinados niños suelen sonreír frecuentemente llorando muy pocas veces, otros niños actúan de forma contraria. Estas diferencias, que aparecen desde el nacimiento, muestran diversos temperamentos o estilos característicos e individuales de los niños de aproximarse a los demás y a las situaciones.

En cierta época se consideró que el temperamento era hereditario, que se determinaba por “humores corporales”, glándulas e incluso la constitución del cuerpo: Hoy en día, hay evidencias de que se trata en gran parte de un producto del aprendizaje; aun cuando la salud y el equilibrio endocrino son influencias importantes, los estímulos emocionales y el modo en que los niños aprenden a responder a ellos determinan su temperamento.

Tras observar a cientos de niños desde el nacimiento hasta concluida la infancia, los investigadores de la conducta han identificado nueve aspectos innatos del temperamento. Son los siguientes: el nivel de actividad física y motora, la regularidad en el funcionamiento biológico (dormir, comer, evacuar), la disposición para aceptar personas y situaciones nuevas, la adaptabilidad al cambio, la sensibilidad a la luz, ruido y otros estímulos sensoriales, el humor (alegría o disgusto), la intensidad en las respuestas, el grado de atención y la persistencia.

Basándose en estos aspectos del temperamento los investigadores de la conducta lograron identificar tres estilos de conducta temprana, llamaron a estos estilos “fácil”, “difícil” y “de reacción lenta”.

El niño fácil es rítmico, tiene habitualmente pautas regulares de alimentación, sueño e higiene. Se adapta bien a los cambios de situación y generalmente tiene un humor alegre y positivo, les gusta acercarse a objetos o personas nuevas. Aproximadamente un 40% de los niños pertenecen a este tipo.

El niño difícil es exactamente lo opuesto. Es menos predecible en sus horarios, se siente incómodo cuando cambia la situación, y con frecuencia llora o presenta un humor negativo. Rechaza nuevas experiencias. Aproximadamente se presenta este tipo en el 10% de los niños.

El bebé de reacción lenta también se adapta con dificultad a las situaciones cambiantes y tiende a rechazar a las personas y objetos desconocidos, pero luego paulatinamente va tomando confianza y se integra. Es generalmente menos activo de comienzo hasta entrar en calor. Representa un 15% aproximadamente de los niños.

Tenperametnto y Problemas de conducta
Algunos estudios realizados por los especialistas en el área afirman que los tipos de temperamentos tienen repercusión en las conductas posteriores de los niños. Los más estudiados han sido los llamados “niños difíciles”, quienes se han relacionado con problemas de conducta durante la infancia.

La explicación causal más directa es que esas características temperamentales eran síntomas subyacentes de problemas psicológicos que ya estaban presentes en el niño. Un análisis más actualizado de la situación nos indica que aquellos aspectos del temperamento del bebé que dan lugar a la clasificación de “ difícil”, como el llanto frecuente y la irritabilidad, aumentan la probabilidad de que los padres reaccionen ante el niño de forma poco adecuada, ansiosa, creándose alteraciones en la relación niño-cuidador y, finalmente problemas de conducta en el niño.



Cualquiera sea la explicación, lo cierto es que debemos como padres tener conocimientos de las individualidades de nuestros niños, para así aprender a manejarnos mejor ante sus comportamientos y canalizar sus energías, en pro de lograr las mejores relaciones padre-hijo. Si usted tiene problemas para entender las conductas de su bebé no dude en solicitar ayuda especializada.

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