jueves, 10 de enero de 2008

Que pruebas se le hacen a un niño superdotado

Para diagnosticar la superdotación lo correcto es realizar un test de inteligencia bajo la supervision de un Psicólogo. El más utilizado es el Wechsler.
Según los resultados obtenidos en esta prueba, el desarrollo del niño superdotado es similar en
todos los países donde se ha realizado el examen.
Métodos
Los autores sostienen que, hasta que se ha diseñado este cuestionario, no existía ningún método
de cribaje eficaz que permitiese preseleccionar a niños superdotados, por lo que para la detección de
menores con estas características, tal y como recomienda tanto la Unión Europea como el
Ministerio de Educación y Ciencia español, era necesario hacer toda una serie de pruebas
psicológicas a los niños, con el consiguiente coste económico que eso suponía. Por este motivo,
entre otros, la detección de superdotados se hacía casualmente, cuando el educador o el pediatra se
fijaban en ciertas habilidades extraordinarias del niño y se lo hacían notar a los padres del menor.
PREGUNTAS CLAVES
De entre las 34 preguntas que se realizan a los padres hay cinco que permiten preseleccionar a un
niño para averiguar si es o no superdotado. Estar, cuestiones clave son las que se detallan a
continuación.
En primer lugar, hay que preguntar si el niño sabe contar hasta diez. Si la respuesta es afirmativa,
hay que concretar a qué edad empezó a hacerlo.
La segunda pregunta clave es si conoce el abecedario en mayúsculas. De nuevo, si la respuesta
es afirmativa se les pregunta a los progenitores desde qué edad es capaz de recordar el alfabeto
completo. También es importante, y supone la tercera pregunta clave, si hace puzzles de 20 piezas o
más. Como en los casos anteriores, la concreción de la edad ayuda a determinar si el niño es
superdotado.
Conocer al menos seis colores es otra cuestión básica y, por último, es necesario interrogar a los
padres sobre si el niño es capaz de leer un libro con facilidad; esto es, sin silabear, y desde qué edad
es capaz de hacerlo.
Si la respuesta es positiva a las dos primeras preguntas y la edad a la que aprendió es de dos años
y medio, es un candidato válido. En el caso de las otras tres preguntas, con sólo una ya se le hacen
las pruebas, con edades de 2,5 años para los puzzles, 18 meses para los colores y cuatro años para la
lectura del libro.
Sólo un 2,2 por ciento de
preseleccionados
En este cuadro se observa cómo las
preguntas del nuevo test descartan a un
91,5 por ciento de los niños. De los 738
participantes en las pruebas, sólo un 2,2
por ciento de los preseleccionados
resultaron superdotados y fueron
sometidos a pruebas posteriores tras el
test.

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